El calendario de las próximas sondas Chang’e chinas para estudiar la Luna

Por Daniel Marín, el 3 octubre, 2023. Categoría(s): Astronáutica • China • Luna ✎ 26

En los próximos años China planea lanzar las sondas lunares Chang’e 6, 7 y 8 como parte de su programa de exploración de la Luna (CLEP), un programa que debe evolucionar en el proyecto de base no tripulada ILRS del polo sur a partir de 2030. Est a base no tripulada quizá se fusione con la futura base tripulada que China quiere establecer en el polo sur en la próxima década. El año pasado pudimos conocer los principales detalles de las misiones Chang’e 6 y 7 que todavía estaban en el aire, pero existían bastantes incógnitas alrededor de la Chang’e 8. Ahora, aprovechando el 74º Congreso Internacional de Astronáutica (IAC) que se está celebrando en Bakú (Azerbaiyán), hemos podido conocer más detalles de estas sondas del programa CLEP.

Recreación de la Chang’e 5 en el polo sur lunar (CNSA).

Primero, recordemos que las tres sondas Chang’e 6, 7 y 8 se lanzarán mediante un cohete CZ-5, como la Chang’e 5. La Chang’e 6, que es un clon de la Chang’e 5 (literalmente, pues fue construida como reserva de esta) despegará en mayo del año que viene y traerá muestras de la cara oculta de la Luna. Más en concreto, de la cuenca Aitken (43º sur, 154º oeste). China pretende convertirse con esta misión en la primera nación en traer muestras de la cara oculta, una de las prioridades de la comunidad científica (la NASA aún mantiene una misión a la cuenca Aitken como uno de los posibles objetivos de una futura misión New Frontiers). La Chang’e 6 repetirá la arquitectura de la Chang’e 5, la más compleja concebida para una misión lunar de retorno de muestras automática, con una sonda dividida en cuatro módulos y con acoplamiento en órbita lunar incluido. Toda la misión, desde el lanzamiento hasta el aterrizaje de la cápsula con las muestras, durará unos 54 días.

Sondas lunares y de exploración del Sistema Solar china (Weibo @DSEL).
Próximas misiones Chang’e e ILRS (CCTV).
Elementos de la Chang’e 6 (CNSA).

Previamente a la Chang’e 6 se lanzará en marzo de 2024 mediante un CZ-8 el Queqiao 2, el segundo satélite retransmisor chino para comunicarse con la cara oculta y que debe tomar el relevo del Queqiao, que actualmente se usa para establecer contacto con la Chang’e 4 y su rover Yutu 2, que siguen en activo desde 2019. Queqiao 2 también se empleará en las misiones Chang’e 7 y 8 y la novedad es que, a diferencia de Queqiao, situado en el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Luna, Queqiao 2 se colocará en una órbita elíptica de tipo ELFO (Elliptical Lunar Frozen Orbit), similar a la propuesta para el proyecto Moonlight de la ESA, y que permite garantizar comunicaciones tanto con la cara oculta como con el polo sur lunar (la Tierra vista desde el polo sur está a veces muy cerca, o por debajo, del horizonte por las libraciones). Chang’e también llevará varios instrumentos europeos, como el detector francés de radón DORN (Detection of Outgassing RadoN), el retrorreflector italiano INRRI (INstrument for landing-Roving laser Retroreflector Investigations) y el sensor sueco de viento solar NILS (Negative Ions on Lunar Surface).

El robot saltador con patas Feiyueqi 1 realizará tres saltos por la Luna y luego usará sus patas para moverse dentro y fuera de los cráteres en sombra permanenete (X: @SegerYu).
Diseño del año psado de Feiyueqi 1 (CNSA).
Elemento de aterrizaje Chang’e 7 (X: @SegerYu).

Posteriormente, en 2026, despegará la Chang’e 7, que se posará en el polo sur lunar y, como ya sabíamos incluirá el «robot saltador» con patas Feiyueqi 1 (飞跃器一号, literalmente, «aparato saltador») para desplazarse por la superficie y entrar y salir de los cráteres en sombra permanente, así como un rover similar a Yutu y Yutu 2 que se llamará… sorpresa, Yutu 3. Yutu 3 llevará cámaras panorámicas, un radar para el subsuelo, un magnetómetro y un espectrómetro Raman. El robot saltador Feiyueqi 1 podrá realizar tres saltos con sus propulsores —el primero para salir de la parte superior del vehículo— y, una vez agotado el gas de los propulsores, se moverá usando las patas. El principal objetivo de Feiyueqi 1 será la detección de hielo en los cráteres en sombra. Esta misión debía llevar el rover emiratí Rashid 2, pero las presiones de Estados Unidos, que invocaron la normativa ITAR, obligaron en marzo de este año a que el país árabe se retirase del proyecto por incluir elementos fabricados en EE.UU. (no obstante, hay rumores de que EUA y China podrían cooperar de otro modo en esta misión). Chang’e 7 también incluirá un orbitador permanente, el primero que lanza China a la Luna desde la Chang’e 2 en 2010. El orbitador llevará una cámara de alta resolución (posiblemente basada en al HiRIC de Tianwen 1), un radar SAR, un espectrómetro de rayos gamma, un magnetómetro y un espectrómetro infrarrojo, entre otros instrumentos. En cuanto a la sonda de aterrizaje, además de los dos rovers, incluirá una cámara topográfica, un detector de hielo y otros volátiles —algo esencial para una misión que estudie el polo sur de la Luna—, un sismómetro, un termómetro del subsuelo para medir el flujo de calor interno y una cámara ultravioleta para observar la Tierra (como la Chang’e 3). Chang’e 7 incluirá cooperación internacional y llevará cargas de países como Tailandia.

Regiones candidatas del polo sur para las misiones Chang’e 7 y 8 (CNSA).
La Chang’e 8 depositará su rover mediante una grúa (CNSA).

Las cuatro zonas candidatas para el alunizaje de la Chang’e 7 son el cráter Amundsen, el cráter Leibniz Beta, el cráter Cabeus y la cresta que une los cráteres Shackleton y de Gerlache. Estos cuatro lugares han sido propuestos para varias sondas estadounidenses del programa CLPS y misiones tripuladas Artemisa, así que aquí el tiempo prima: el primero que llegue se podrá hacer con los mejores lugares. Chang’e 8 será lanzada finalmente en 2028 (inicialmente se había hablado de 2027, pero el año pasado solo se hacía referencia a que sería «antes de 2030»). Muy similar a Chang’e 7, no será idéntica. Llevara otro rover tipo Yutu (Yutu 4), pero en vez del robot saltador Feiyueqi 2 con patas incluirá un rover/robot más avanzado con una elevada capacidad manipulativa. A diferencia de las anteriores Chang’e, la Chang’e 8 dejará al rover, que viajará en la parte superior de la nave, en la superficie mediante una grúa. Chang’e 8 aterrizará cerca de Chang’e 7 para ensayar las conexiones físicas y de telecomunicaciones asociadas al proyecto ILRS, cuya primera sonda deberá despegar en 2030. El rover Yutu 4 incluirá cámaras panorámicas, cámaras térmicas y un radar para estudiar el subsuelo, pero además tendrá capacidad para recoger regolito y rocas de cara a una futura misión ILRS de retorno de muestras. Por el momento no se sabe nada sobre el orbitador de Chang’e 8, aunque se supone que será muy parecido al de Chang’e 7. Al igual que en el caso de Chang’e 7, China busca colaboración internacional en la misión Chang’e 8 y ofrece hasta 200 kg para instrumentos de otras naciones. En cualquier caso, todas estas misiones lunares pasarán a un segundo plano mediático con el primer alunizaje chino, previsto para 2030 aproximadamente.

Chang’e 8 llevará un robot capaz de manipular objetos con gran precisión (diseño orientativo) (CNSA).
Instrumentos del módulo de aterrizaje de Chang’e 8 (CNSA).
Prototipos de robots manipuladores estudiados para las misiones Chang’e/ILRS y la misión Tianwen 3 de retorno de muestras de Marte (CNSA).

Calendario de sondas espaciales chinas bajo control de la CNSA hasta 2030:

  • Marzo de 2024: Queqiao 2 (para comunicarse con la cara oculta de la Luna).
  • Mayo de 2024: Chang’e 6 (sonda recogida de muestras de la cara oculta)
  • Mayo de 2025: Tianwen 2 (recogida de muestras del asteroide Kamoʻoalewa y orbitar el cometa/asteroide Elst-Pizarro).
  • 2026: Chang’e 7 (orbitador y sonda de aterrizaje en el polo sur lunar; incluye el rover Yutu 3 y el saltador Feiyueqi 1).
  • 2028: Chang’e 8 (orbitador y sonda de aterrizaje en el polo sur lunar. Incluye rover Yutu 4 y robot capaz de manipular objetos).
  • 2028: Tianwen 3 (dos sondas para recogida de muestras de Marte).
  • 2030: Tianwen 4 (Júpiter y Urano).
  • 2030: misión tripulada a la Luna.

( da “Eureka, ottobre 2023 – autore Daniel Marin)

Eruzione vulcanica scoperta su Venere?

Il nostro vicino pianeta Venere non è solo caldo come l’inferno, ma forse anche vulcanicamente attivo: i ricercatori hanno scoperto prove di un’eruzione vulcanica sulle immagini radar.

di Franziska Konitzer

Immagine basata su immagini radar del vulcano Maat Mons su Venere
© NASA/JPL (DETTAGLIO)Il vulcano Maat Mons su Venere è alto otto chilometri e fa parte di una regione vulcanicamente attiva, almeno in passato. Ora due ricercatori sostengono che un vulcano ha recentemente eruttato nelle vicinanze.

Venere potrebbe mancare della tettonica a placche che è responsabile della maggior parte dei terremoti e delle eruzioni vulcaniche sulla Terra. Tuttavia, è indiscusso che il pianeta più vicino alla Terra sia anche vulcanicamente attivo: gli oltre 1000 crateri vulcanici venusiani che possono essere visti sulle immagini radar ne sono una chiara prova. Alcuni di questi vulcani potrebbero anche essere stati attivi nel recente passato: questo è indicato dalle corone, strutture simili a corone, alcune delle quali si dice si siano formate meno di un milione di anni fa. Ora due ricercatori vogliono persino aver trovato prove che un vulcano ha recentemente eruttato su Venere. Lo studio è pubblicato sulla rivista »Science«.

Secondo i modelli e le teorie attuali della loro formazione, i vulcani attivi su Venere non sono impensabili: è possibile che il pianeta sia ancora riscaldato dall’interno dal decadimento di elementi radioattivi. Il mantello liquido potrebbe farsi strada verso la superficie in alcuni punti, il materiale caldo potrebbe essere spinto attraverso la crosta del pianeta. Questo accade anche sulla Terra al di là dei luoghi in cui le placche si scontrano o si forma una nuova massa continentale: la catena di isole Hawaii è stata creata in questo modo.

La sonda Magellano ha mappato la superficie di Venere con un radar

Robert Herrick e Scott Hensley dell’Università dell’Alaska hanno utilizzato le immagini della sonda Magellano per la loro ricerca di un’eruzione vulcanica su Venere: questa sonda statunitense, attiva dal 1989 al 1994, ha mappato la superficie di Venere con l’aiuto del radar. Ha superato alcune aree su Venere diverse volte, ma da diverse angolazioni da un’orbita ellittica attorno a Venere. Pertanto, Herrick e Hensley non potevano utilizzare metodi automatici che avrebbero reso più facile per loro cercare cambiamenti interessanti sulla superficie del pianeta tra due cicli di osservazione: i ricercatori dovevano ispezionare le immagini radar a mano o ad occhio.

Hanno trovato quello che cercavano nella regione dell’Alto Regio, dove Maat Mons è il vulcano più alto di Venere. È alto circa otto chilometri ed è circondato da diversi crateri e bocche più piccoli. Lì hanno identificato una bocca vulcanica che era diventata più grande tra due immagini nel febbraio 1991 e nell’ottobre 1991: mentre la sua estensione era inizialmente di 2,2 chilometri quadrati ed era circolare, nell’immagine successiva appariva di forma irregolare con una dimensione di circa quattro chilometri quadrati. Ulteriori cambiamenti sulla superficie sono interpretati dai ricercatori come un possibile flusso di lava.

Tuttavia, ci sono diverse possibilità per cui una bocca vulcanica diventa più grande: o perché il magma è fuoriuscito o perché una camera magmatica interna è fluita via e la bocca è parzialmente collassata. Il flusso di lava identificato dai ricercatori potrebbe anche essere stato causato da un tale evento – quindi non avrebbe eruttato il vulcano in cui hanno osservato i cambiamenti, ma un altro vulcano che non era visibile sulle immagini a causa della geometria osservativa della sonda.

In generale, la geometria di osservazione limita in qualche modo il valore informativo delle osservazioni: mentre sulla prima immagine la sonda Magellano guardava verso est, sulla seconda immagine era orientata verso ovest. Pertanto, il flusso di lava potrebbe non essere stato il risultato di un’eruzione vulcanica, ma solo un risultato dei diversi angoli di visione: “Nelle immagini del secondo ciclo di osservazione, i flussi di lava vulcanica possono essere visti sotto la bocca. Tuttavia, non possiamo escludere che fossero già presenti nel primo ciclo a causa della diversa geometria osservativa, ma fossero invisibili”, scrivono gli autori.

Tuttavia, i ricercatori sono certi che la forma della bocca sia cambiata tra i mesi di febbraio 1991 e ottobre 1991, e interpretano questo come un segno di continua attività vulcanica su Venere. Ciò renderebbe il pianeta, noto anche come “Hellball” a causa delle sue temperature superficiali estreme, più interessante per la ricerca in un colpo solo. Quanto è conveniente che siano attualmente in programma tre missioni, il cui scopo è, tra le altre cose, quello di indagare più da vicino qual è la situazione con il vulcanismo su Venere.

(articolo tratto dal sito Spektrum.de)